jueves, 4 de noviembre de 2010

Poly, mi hermana menor

Poly, arrancò el dìa con la pata Izquierda. Se habìa quedado algo dormida y su entravista de trabajo no iba a esperar. Rapidamente preparò el cafè, inmediatamente despuès de una ducha relativamente frìa, se dispuso a tomarlo. Pero luego del segundo sorbo, advirtiò que una mosca nadaba suicida en la superficie de la taza.
Se dispuso a preparar el folio de recomendaciones y camino 30 metro a la parada del metro que la dejarìa en 40 minutos a 8 cuadras del lugar en que habìa sido citado. Se propuso conscientemente a no dar mayor trascendencia a los incidentes ocurridos y tomo el metro, luego de unos minutos de espera.
Ya en el interior del mismo, se ubico en el ùnico asiento vacìo a primera vista y recordò en voz alta para ella, las recomendaciones minuciosas que le habia dado la hermana de la amiga de su tia con respecto a lo que debia decir y dibujar para el test psicològico que le iban a efectuar.

A saber: si dibujaba a un hombre bajo la lluvia, que serìan los problemas, QUE NO LO TOQUEN; si dibujaba una casa que no tubiera chimenea, ni caminos extramadamente curvos; si se trataba de la constituciòn familiar,que la madre no fuera màs alta que ella, asì en los hechos la realidad fisico-biologica ameritara lo contrario; si se trataba de suelo, que hiciera una lìnea continua... nada de querer andar borrando o re dibujando sobre lo ya hecho.

Una vez terminado el repaso, recordo que tenìa sed y sacò su botella de soda que habia colocado en el lateral izquierdo del bolso de mano, pero justo en el momento de destaparla, una fuerza descomunal tomò posesiòn de la tapa, golpeando (ual si fuera un bife o trompada) sobre el labio inferior de su compañero de asiento, que devolviò con un golpe de mano la agresiòn que la dueña de la botella aparentemente voluntaria, le habia causado.
Poly no sabia como irse en disculpas al señor, que con cara larga y cejas en V ubicado a su lado.. resongaba.
Ella bajo la cabeza, y hasta el momento de bajar del metro no volviò a mirarlo.
Descendiò del metro pensando en si algo màs ocurrirìa, en sì alguien màs en el mundo algo similiar habia experienado.
Llegò al cafè de la cita, y en pos de espera de la entrevista, abriò la agenda corroborando fechas, matando los ùltimos minutos. Momento en que advirtiò el dìa que transcurria. El dìa en que.. el dìa. Su entrevista de trabajo no era para ese hoy, sino para el pròximo Martes.

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